lunes, 15 de diciembre de 2014

DIEGO DE GIRÁLDEZ- CONTINUAMOS CON EL MÚSCULO EXTENSOR DE LOS DEDOS DEL PIE.

El músculo extensor corto de los dedos del pie, (como he dicho anteriormente) parecido a una ostra, es visible en ésta cara del pie. Debajo de su prominencia y de la del maléolo externo hay una especie de "valle longitudinal", y debajo también de éste, el borde externo de la planta  del pie que toca el suelo en toda su longitud y presenta la prominencia de la apófisis estiloides del quinto metatarsiano, poco más o menos a la mitad de aquella longitud.
La superficie interna del pie es ancha en la parte posterior, pero gradualmente  va disminuyendo hasta ser un borde en su frente. Contiene en su concavidad los tendones del profundo grupo de músculos posterioriores que provienen de la pierna. Hallándose
profundamente colocados para que la vista puede reconocerlos, aunque si cabe, lograrlo por medio del tacto, precisamente debajo de la punta del maléolo interno.
Debajo y detrás de dicho maléolo interno hay una profunda fosa y otra que está debajo y en frente, se halla limitada en frente también, por el tendón del tibial anterior. El borde interno de la planta del pie que limita debajo de ésta superficie del mismo, está  arqueada en toda la distancia que va del talón a la cabeza del primer hueso metatarsiano, y en el punto más alto de éste arco, el tubérculo del navicular se ofrece muy claramente al tacto y hasta a la vista. Frente a la gran cabeza redondeada del hueso metatarsiano. La primera falange del dedo gordo presenta una especie de cuello o cintura que apenas toca el suelo, hasta que llega a la falange terminal envuelta por una pulpa maciza o  juanete y cubierta también por piel más gruesa.
La planta del pie está provista con objeto de resistir a las presiones de una piel tan gruesa y una aponeurosis superficial y profunda tan densa, que pocas líneas topográficas anatómicas pueden en ella verse o tocarse, y hay que observar que la piel de aquellas partes que han tenido que adaptarse a la habitual recepción del peso del cuerpo, o en otros términos, aquellas partes que al quedar impresas en el papel al poner el pie humedecido, demuestran tocar el suelo. Es la más gruesa de todas.
Así los juanetes, las bases de los dedos y el talón, con la parte externa de la planta del pie están cubiertos de piel muy gruesa, mientras que es comparativamente delgada la que cubre la cintura, cuello o puente que forma el pie con el lado interno.
El talón y las bases en los dedos reciben el choque principal al andar y forman marcadas prominencias.
Un surco longitudinal puede observarse en la piel de la planta del pie, es ancho y está situado en la línea media.
Las líneas de flexión de los dedos del pie están dispuestas como en los de la mano, pero son menos visibles, lo cual es debido al hecho de que los primeros no se usan para coger, como ocurre con los de la mano.