Está constituida por elementos óseos superpuestos, llamados
vértebras, cuya forma varía según las funciones que desempeñan. En la columna
vertebral se distinguen cinco regiones en las que las vértebras tienen
características similares – región
cervical – en todos los mamíferos está formada por siete vértebras que
permiten el giro de la cabeza – región
torácica – está formada por doce vértebras sobre las cuales se articulan
las costillas que forman la caja torácica – región lumbar – está formada por cinco vértebras de mayor tamaño
que las demás, de hecho, sostienen la mayor parte del peso del cuerpo y
soportan los esfuerzos debidos a la postura erguida – región sacra – está formada por cinco vértebras soldadas entre sí
formando el hueso sacro, en el que se articulan los huesos de la pelvis – coxis – está formado por cuatro o cinco
vértebras fundidas también entre sí y muy reducidas. En la mayoría de los
vertebrados sostienen la cola, están separados y su número varía.
Las vértebras poseen un orificio central al estar al estar
apilados los orificios o forámenes constituyen un conducto cilíndrico donde se
aloja la médula espinal. Cada vértebra, además, tiene algunas protuberancias
arqueadas – llamadas apófisis espinosas – a las que se adhieren los músculos y
los ligamentos del tronco.
La primera vértebra cervical también llamada atlas, forma
con el hueso occipital del cráneo una articulación condílea que permite a la
cabeza moverse hacia delante y hacia atrás. A su vez, , el atlas se articula
con la segunda vértebra cervical, también llamada axis – una protuberancia
cilíndrica de la cara superior del axis se inserta en una anillo de la cara
inferior del atlas. Debido a un ligamento específico esta articulación permite
girar e inclinar la cabeza. Estas dos articulaciones garantizan la amplia
movilidad de la cabeza, principal receptor del cuerpo.