viernes, 11 de abril de 2014

DIEGO DE GIRÁLDEZ- SEGUIMOS HABLANDO DE LOS MIEMBROS INFERIORES Y DESCRIBIMOS LAS NALGAS DE IMPORTANCIA EN EL ENCAJE DE LA ESPALDA


Los límites de las nalgas. 
El límite superior está formada por la cresta del íleon, de donde se originan diversos grandes músculos, algunos que pasan hacia arriba a la pared abdominal, otros hacia abajo hasta el muslo. Las prominencias formadas por estos músculos cuando están bien desarrollados se hallan separadas por una cavidad, la cual no corresponde con toda exactitud, aunque sí aproximadamente a la cresta ilíaca.
Internamente las dos nalgas están separadas una de otra, arriba, por la terminación aplanada del surco espinal que está aquí sostenido por la parte superior del sacro, o para ser más exacto, por las tres vértebras sacras superiores de las cuales pueden fácilmente   tocarse y a veces verse, las espinas de cada una.
Debajo de las vértebras sacras, las dos nalgas están separadas por una abertura estrecha y honda que ofrece continuidad entre los músculos con el perineo.
El límite inferior de las nalgas está formado por un surco bien marcado, el pliegue glúteo que se inclina hacia afuera y hacia abajo desde la abertura en su parte media, siguiendo hasta inmediatamente debajo del nivel de la tuberosidad del isquion.
El pliegue glúteo no pasa mucho más allá de la línea  media de la parte de atrás del muslo, pues entonces va rápidamente en disminución hacia afuera y se vuelve ligeramente hacia arriba dejando la  mitad externa del límite más abajo de las nalgas completamente mal definido. El pliegue glúteo no corresponde-puesto que cruza más horizontalmente con el muy oblicuo borde inferior del glúteo mayor. Además de eso va siendo menos marcado a medida que se doble el muslo, para el artista es muy importante conservar en memoria estos dos hechos.
Los límites exteriores de las nalgas están mal definidos pero corresponden a una línea vertical a través del trocante mayor del fémur.
A cada lado del sacro, las nalgas están sostenidas por  el hueso innominado, especialmente por la parte iliaca  de éste hueso y por la tuberosidad de la parte del isquion que puede palparse fácilmente
debajo del margen inferior del gluteo mayor.
Las dos tuberosidades del isquión  forman prominencias ovales   sobre las que el cuerpo está sostenido directamente en el acto de sentarse, no habiendo músculo que realmente intervenga entre los huesos, la aponeurosis superficial  y la piel.
 Fijándome que cuando el modelo dobla la cadera más allá del ángulo recto que se emplea para sentarse, la tuberosidad emerge de la cubierta del  glúteo mayor y se hace visible, como también el orígen que en ella tienen los músculos cuyos tendones contribuyen a formar la corva. Aunque no en todas las posiciones puede verse la que ocupa la tuberosidad del isquión, puede siempre reconocerse al tacto. Si nos seguimos fijando, vemos que no muy lejos existen otras líneas topográficas óseas de gran importancia, con las cuales el artista está ya familiarizado.
La espina anterosuperior del ílion y la punta del trocante mayor del fémur. Si se extiende una barilla sobre la espina anterosuperior y sobre la punta del trocante mayor del fémur, su continuación pasará a través de la parte más prominente de la tuberosidad. Ésta línea es absolutamente constante en el individuo considerado normal anatomicamente hablando, ésta línea está colocada oblicuamente, dirigiendose desde el frente alrededor del lado de la nalga hacia atrás, hacia abajo y un poco hacia adentro, solo en las personas gruesas que también anatomicamente son normales pero en ésto cambian- están colgantes las nalgas y en este caso su parte más prominente se halla algo más por debajo y hacia adentro de la tuberosidad del isquión.
Ya he hablado que la adiposidad en estos sitios es generalmente abundante y por lo tanto la silueta del los músculos borrada o casi borrada por ella, pero si el modelo inclina el cuerpo hacia adelante y luego se levanta un poco, puede  generalmente verse el glúteo mayor que entra en acción fuertemente.
Las nalgas son relativamente mayores en las mujeres, porque el esqueleto pélvico es mayor, y son más redondeadas porque en ésta parte, como el muslo  y en el pecho, la mujer puede tener una capa más gruesa de adiposidad